La cofradía de Baiona obliga a sus vigilantes a hacer «la vista gorda»

La no renovación del contrato al coordinador que puso coto al furtivismo interno abre la polémica en la villa

El cabildo solo permite a sus empleados controlar el percebe, y vigilar otras especies puede ser motivo de despido



Los seis vigilantes de la costa contratados por la cofradía de Baiona con subvenciones de la Xunta tienen orden de hacer «la vista gorda» en toda clase prácticas pesqueras ilegales que no estén relacionadas con el percebe. Lo dice en sus contratos semestrales. Vigilar otra cosa que no sea este producto es incluso causa de despido, según reza una de las cláusulas, afirman. Y la primera baja en la plantilla está a punto de producirse.
El cabildo de la cofradía ha comunicado al jefe del servicio de vigilancia, Xosé Lourenzo, que no lo va a renovar en su puesto a partir del día 30 de este mes. El hombre que ha dirigido al equipo que en los últimos años ha conseguido erradicar en más de un 80% el furtivismo del percebe en Baiona se va a la calle el mes que viene: «Me han despedido sin darme ningún motivo», afirma.
La vigilancia quedará descabezada desde ese momento y los furtivos, entre los que hay marineros de la propia cofradía, lo tendrán más fácil para atacar los bancos de percebe.
El órgano que ha tomado la decisión ha sido el cabildo de la Cofradía La Anunciada y el jefe de vigilancia que agota sus últimos días de trabajo no duda en afirmar que la mayor parte de sus componentes ha tenido problemas con la Administración por pesca ilegal. «A uno ya lo cogí tres veces yendo a la nécora por la noche, pero no lo denuncié nunca porque, como no me competía, cojo y me voy», afirma.

Expedientes del patrón

Y del propio patrón mayor afirma que «tiene tres expedientes abiertos por la Xunta y uno en Capitanía Marítima». Manifiesta que la última vez fue hace un mes por estar faenando en una zona protegida. «Estaba con nasas de nécora y pulpo en una zona de experimentación; lo sorprendió el Pesca 1 y después me acusó a mí de haber dado el aviso; eso fue un lunes y el jueves ya tenía la carta de despido y, encima, se libró de que se le pudiera presentar una denuncia porque solo nos debemos al percebe», manifiesta.
Para Xosé Lourenzo, su marcha de la cofradía «es una muestra de que a sus actuales responsables les molesta la vigilancia». El cabildo ya ha tomado con anterioridad decisiones polémicas para limitar la vigilancia costera. El pasado mes de octubre se opuso a incrementar de cuatro a seis el número de inspectores. Se trataba de una iniciativa de la agrupación de percebeiros recogida en su propuesta de plan de explotación. Pero los gestores de la cofradía lo rechazaron y presentaron otro alternativo a la Consellería do Mar, en el que, además, eliminaban las capturas del percebe largo para su enlatado. Finalmente, la Xunta rechazó el plan del cabildo y aprobó el de la agrupación de productores, con lo que pudieron contratar seis vigilantes.

Fuente: La voz de Galicia (05-06-10)